Otro duro golpe más para la investigación gallega
La Xunta da un nuevo paso en el desmantelamiento del sistema de investigación pública en Galicia
El 4 de diciembre de 2020, Feijoo decía que su intención era “proxectar Galicia como un referente da ciencia e da investigación”, mas sus bonitas palabras chocan con la dura realidad de las investigadoras e investigadores de Galicia, que siguen expuestos a condiciones cada vez más precarias y humillantes por parte de los poderes públicos.
En los próximos días saldrán publicadas en el DOG las convocatorias predoctorales y postdoctorales (iniciación y continuación) de la Xunta de Galicia para el 2021, con unas modificaciones sustanciales de las condiciones que el colectivo investigador considera inadmisibles.
En la convocatoria predoctoral, la Xunta de Galicia no deja claros los métodos de ponderación de los expedientes y recorta las posibilidades de dar docencia a 30 horas anuales (cuando hasta ahora el máximo voluntario eran 60 horas y cuando ya existe un Estatuto del Personal Investigador Predoctoral en Formación – EPIPF– que regula este punto).
Pero el retroceso más claro se observa en la convocatoria de Ayudas a la etapa de Formación Postdoctoral. En primer lugar, la convocatoria de estas ayudas correspondiente al año 2020 se vió retrasada durante meses para, al final, acabar cancelada, dejando en el paro y en un vacío de oportunidades a cientos de investigadores e investigadoras de Galicia. A pesar de que la nueva convocatoria postdoctoral anunciada el pasado 4 de enero es una buena noticia, esta no cubre el número de ayudas equivalentes a la suma de las convocatorias del año 2020 y 2021, tal y como solicitamos al Gobierno repetidas veces. La Xunta de Galicia dejó al sector de la investigación sin alternativas postdoctorales durante una anualidad entera (2020) y se negó a blindar el número de plazas y duplicar el número de contratos para el 2021, desoyendo así las peticiones del colectivo investigador gallego y asestando un golpe mortal a la investigación de este país en el momento que más necesitados estamos de ella para salir de la crisis sanitaria y social actual. La dejadez de la Xunta de Galicia por el sistema de investigación gallego y las personas que trabajan en él viene de lejos: siguiendo una recurrente política de recortes, que ya dejó a Galicia sin financiación para proyectos de I+D+i desde el año 2010, el Gobierno no quiso convocar las ayudas postdoctorales en el 2010, en el 2015 ni en el 2020.
La eliminación de las ayudas postdoctorales del 2020 representa una traba mayor para aquellas personas para las que el año pasado constituía la última oportunidad de optar a estos contratos, ya que uno de los requisitos para solicitarlos se relaciona con la fecha límite de finalización de los estudios y de lectura de tesis. La convocatoria postdoctoral anunciada por la Xunta de Galicia para el 2021 no trae consigo una ampliación de estos límites. Esto significa que una parte del colectivo investigador que no tuvo acceso a oportunidades durante el 2020 (por la no convocatoria de ayudas) quedará excluida de la convocatoria del 2021 (debido a los límites de finalización de los estudios). La ausencia de un calendario fijo y estable de convocatorias provocará más retrasos y nuevos perjuicios para el colectivo postdoctoral: así, dado que esta vez las ayudas postdoctorales van a salir a principios de año, todas las investigadoras e investigadores de Galicia que defiendan la tesis durante el 2021 deberán esperar hasta 2022 para poder presentarse a una ayuda postdoctoral con la que continuar su carrera. Y mientras tanto, engrosarán las listas del paro con el deseo de que para el año 2022 esas ayudas se lleguen a convocar.
Mas esto no es todo. Las ayudas postdoctorales de iniciación vienen de la mano de un notable recorte de sueldo siendo el salario de los investigadores e investigadoras que conforman el relieve y futuro de la investigación en Galicia hasta 10.000 euros menor que en la anterior convocatoria. A este salario base se sumarían complementos salariales solo si el investigador o la investigadora sale al extranjero a completar su trabajo y formación mediante estancias. Teniendo en cuenta la pandemia mundial que estamos viviendo, no parece claro que tales estancias puedan ser efectuadas, por lo que la lectura que sacamos es que la Xunta condena al personal que se quede en Galicia para desarrollar su trabajo a más precariedad y abandono. Lejos quedan las intenciones de Feijoo por hacer de Galicia un referente en ciencia e investigación. Más bien, parecen querer expulsarnos lo antes posible del país.
A estas novedades negativas se le suman perjuicios que datan de viejo. La transparencia y las políticas en materia de igualdad son cuestiones que la Xunta de Galicia sigue sin solucionar. La Xunta no publica tras la resolución de las ayudas quien formó parte de las comisiones de selección encargadas de puntuar las propuestas y, en el caso de la modalidad postdoctoral de continuación, ni siquiera se llega a desglosar con detalle qué criterios y méritos se tendrán en cuenta en la evaluación. La falta de transparencia y rigurosidad, como bien se sabe, puede favorecer procesos de atribución de contratos que no sean éticos y la endogamia. Tampoco se observa progreso en materia de igualdad. Estas ayudas carecen de políticas que garanticen la igualdad de oportunidades, omisión que en los últimos años viene siendo denunciada por parte de muchas investigadoras discriminadas por sus maternidades.
Eliminación de convocatorias, recortes de sueldo, falta de oportunidades e inestabilidad laboral son solamente algunos de los defectos que están detrás de estas ayudas para la contratación de personal investigador anunciadas por la Xunta de Galicia. La investigación demostró ser uno de los sectores capaces de asegurar el progreso de un país, especialmente en un contexto pandémico como al que hoy nos enfrentamos. Ante esta situación, la Xunta da un paso atrás en sus políticas y confirma su falta de compromiso con el sector. ¿Realmente este es el camino que permitirá un avance científico? El colectivo investigador ve inadmisible este retroceso y reclama, una vez más, un marco laboral digno, convocatorias estables y un horizonte de oportunidades seguro. De lo contrario, fuga de cerebros, retraso científico y precariedad serán sinónimo de futuro en la investigación en Galicia.
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